martes, 20 de agosto de 2019

Crónicas Del Mundo Champetúo (Primera parte)


Por Dairo Barriosnuevo*

A continuación, comparto con ustedes, por medio de esta narración escrita, una serie de hechos vividos, directamente, desde el mundo champetúo.


Dairo Barriosnuevo

Año de 1987, tenía por ahí, unos 17 años, por aquellos días, no solo fui un joven melómano, amante y seguidor de lo que en B/quilla llaman "la buena música" haciendo referencia a la música picotera y verbenera.

A partir de los miércoles en adelante, era, para estar atentos, viendo, observando, desde la ventanilla de los buses, ciertas paredes y postes, los pasacalles y carteles, anunciando, la zona, de lo que sería el punto de encuentro del próximo sábado...a donde se llevaría a cabo, la gran noche de rumba, goce y el placer, de un buen baile de verbena.

Los sábados en la ciudad de B/quilla, eran, para todo aquel...que de alguna manera, se ha considerado un champetúo, el mejor día de la semana.


Anuncio de los grandes bailes de verbena, años 90

La cita era, en la sede del baile de verbena de "Canallón Club" en el barrio La Luz. Desde temprano por la tarde, nos encontrábamos, en la tienda de la esquina ubicada en la calle 17 con carrera 23, el baile, una cuadra más abajo. Desde allí, se escuchaba un repertorio musical de la rumba congolesa como "Souzana Koulibali" (Susana) de "Sam Mangwana" o el soukous "Helena" de "Bopol Mansiamina" "Awanna You Sisse" (La Juana) del nigeriano "Django Strong" de igual manera, de las llanuras Kenianas "S. Ogiro" (El Rastrillo Rebolero) de "Daniel Owino y 7 Band" de Zimbabwe "Take Covers" (La Metralleta) "JairoS Jiri Band" para solo mencionar unos temas de música, en un universo de sonidos musicales, con la preferencia de la música africana, además, le encimaban una y mil placas (glosas) con el reconocido grito de batalla del popular locutor de radio Mike Char; ¡¡¡Aquiii Sueeenaaa: El Timbalerooo!!!

Precisamente, música como esta...que no se escuchaba en ninguna otra parte, ni en la radio, ni en discoteca conocida, ni siquiera con otro picó...cuando los temas de música, todavía, permanecían como exclusivos, solo allí, se podían dejar escuchar en la máquina de música llamada El Timbalero.


Picó El Timbalero. Foto Africolombia.

Los champetúos de toda la ciudad y de su área metropolitana, se concentraban allí, frente y alrededores del enorme sonido del picó, para darse gusto por los oídos, que, como preámbulo, tirarse una buena zapateada de baile de manera individual, como solista, una y otra vez, y sudar la gota gorda con cada disco que le pongan, la catarsis pura, antes de entrar al baile, para luego adentro, escoger y sacar a bailar una lea (hembra), y restregarse con o sin límites, sexo contra sexo, con una o varias parejas de baile durante toda la noche.

Picó El Timbalero
Para los champetúos, la sola música es...desde siempre, el estimulante, el alucinógeno, la droga que los atrae y los lleva de un lado a otro, la que siempre los aglutina frente a los parlantes del picó, tal y como si se tratara de aquel célebre cuento de los hermanos Grimm: "El Flautista y Las Ratas De Hamelín".


Obra Dairo Barriosnuevo. El Timbalero, dibujo a lápiz de color 50 X 70 Cm.

Con la música, la muchedumbre, siempre añade estimulantes como el alcohol y el tabaquismo, además, de otras sustancias alucinógenas, restringidas o prohibidas, creándose, lo que las autoridades policíacas denominan, con la vieja frase de cajón: "un caldo de cultivo para la delincuencia", la cual se manifiesta, en la peligrosa cultura de la champeta o champetúa, en la que emergen sujetos, que social mente, son denominados los Pedro Navaja y los Juanitos Alimaña, que en nuestro contexto son los Coletos y Chirretes...los responsables, de que una manifestación musical del pueblo, que es auténtica y natural, la cual no solo es folclórica, también es popular y urbana, se encuentre altamente prejuiciada y estereotipada, asociada con lo duro, lo fuerte, lo violento, lo bajo, plebe y hasta obsceno.


Foto de Mirjam Wirz

Son muchas, las historias que emergen de estos personajes y su bajo mundo delincuencial, particularmente, con las historias de contiendas entre pandillas, casos de crónica roja y líos judiciales, en estos barrios populares, es, la pesada carga de prejuicios y estigmas sociales, la causa y lucha, por la que los organizadores de baile y propietarios de picós, tienen, y pretenden, limpiar y depurar de los bailes y eventos, que permanentemente, organizan y amenizan.

Pues bien, me encontraba dentro de la tienda de la esquina, tomándome una fría (cerveza) y a la vez saludando a gente que conocía bajo el mismo interés del baile, cuando de pronto, me abordó un sujeto, un prototipo champetúo de los que hoy día llaman un coleto y/o chirrete, pidiendo plata, la verdad es que me revise los bolsillos para ver si le daba alguna moneda, vio que asome un billete, el que tenía para pagar la entrada y gastármelo dentro del baile, y le dije, llave, no tengo. El sujeto me insistió, me rogó...para que le diera, hizo, que le entregara el billete al cachaco de la tienda para que me lo cambiara, y así fue, pero el cachaco, puso la plata en el mostrador, de inmediato, el chirrete le echo mano y se lo embolsilló.


Foto de Mirjam Wirz


Le reclame, a que me devolviera la plata y con cinismo me dijo, que yo le había dicho, que le iba a dar todo el billete. Le respondí ya con un tono enérgico, que nunca le dije tal cosa, de modo, que su reacción fue la de sacar de su cinto, un punzón pica hielo, con el que de inmediato, me alejé, me puse fuera de su alcance.

El chirrete se fue caminando rápido, bajando por la carrera 23, perdiéndose entre la gente, rumbo al barrio La Luz. Ahí en la esquina me quede, atracado, que ni para el bus.

Agradecimientos:

Fotografia:

Mirjam Wirz
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*Artista Plástico e Investigador Cultural

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