viernes, 23 de agosto de 2019

Crónicas Del Mundo Champetúo (Parte III)

Por Dairo Barriosnuevo*

Para el año de 1987, por medio de la propaganda picotera y verbenera...que había en ciertas paredes estratégicas de la ciudad de B/quilla, se anunciaba un baile, que creo, se llamaba "Historia De Amor" el cual se encontraba ubicado en la carrera 17B, a media cuadra, entre la calle 21 y 18 del barrio Las Nieves, se anunciaba la presentación del picó El Guajiro de C/gena.


Baile campestre en Caracolí (Atlántico), amenizado por El Ray Estéreo, año de 1983 - 84.  

El cartel resultaba atractivo para los melómanos y bailadores de verbena, porque para ese fin de semana, los picós amos de la plaza como El Timbalero, El Isleño, El Coloso, El Británico, entre otros, se encontraban sonando por otros lados de la ciudad y no en la localidad de sur oriente.

Además, el picó El Guajiro, quien para la época, se encontraba radicado en B/quilla, gozaba del prestigio, de tener una programación de música excepcional, gracias, a una serie de temas de música que para entonces, tenía como exclusivos.


El Guajiro de Cartagena, foto  Deborah Pacini Hernández (Blog Africolombia)

Pues bien, como siempre, el ambiente de ese sábado por la noche estaba encendido, la multitud tenía tomada toda la cuadra que no tenía pavimento. Los grupos de muchachos bailando aquí y allá, en medio de rondas, haciendo los llamados piques, el cual se desintegraban con la recocha de un baño de tierra.

Personalmente, iba ahí, a escuchar temas de música con predilección de Angola, que no se podían oír en otro lado como: "Puxa Odette" (El Palenque) de Antonio Philipe del conjunto Ana Angola, "Belita Kiri Kiri" (El Palenque Benitez) de Ngouma Jazz.

Otros temas como "Zamba" de Bella Bella Orq. "Ochichi" (Ojene) Oliver De Coque entre muchos otros.


Obra de Dairo Barrionsnuevo "El Guajiro" dibujo a lápiz Sanguina 1 x 70  cm, año 1994.

Me encontraba sentado en un piso alto viendo el panorama y entre la multitud alcance a ver el rostro del coleto que en días pasados, en otros escenarios, me atraco e intento agredirme. Él también me reconoció y enseguida se venía a joder. En ese momento, con dificultad por la muchedumbre, iba pasando un bus de Simón Bolívar, el cual iba dejando una cortina de polvo y humo, el cual aproveche para quitarme de ahí, lo deje mirando para todos lados. 

Pensaba irme, sin embargo, me encontré con un amigo, el negro al que en el ambiente le dicen "Papayo", en compañía de tres o cuatro amigos más...les conté y hasta les señale al sujeto. Me dijeron: a ese malandro le dicen "El Pale" quédate con nosotros, que si viene pa cá lo cascamos, de modo, que, nos quedamos ahí, incluso, hasta me tenía sin cuidado que el tal Pale me viera o no. El coleto allá y nosotros acá, vacilándola, entre amigos, tirándonos unos buenos pases de baile, hasta que el combo de muchachos, decidimos, pagar la taquilla y entrar al baile.


Dairo Barriosnuevo. Foto Roberto Urueta

El coleto champetúo, camorrero, marrullero, fastidioso...a quien por esa noche, le perdí el rastro, porque se quedo afuera del baile, son por lo general, aquellos sujetos alborotadores, los insoportables daña fiesta, los que casi nunca, entran a los bailes pero les gusta acabarlos.   

Agradecimientos:

Fotos:

Deborah Paccini Hernández 
Blog Africolombia
Roberto Urueta 
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*Artista plástico e investigador cultural.

miércoles, 21 de agosto de 2019

Crónicas Del Mundo Champetúo (Parte II)


Por Dairo Barriosnuevo*

Era viernes como a las 7:00 pm, me encontraba en la esquina de la calle 31 con carrera 29, barrio de San Roque de B/quilla, estaba en compañía de un par de amigos de la cuadra "Jóse" y "Julio", a lo lejos, escuchábamos el trepidar de un picó, que se sentía, con el va y ven de la brisa.


Dairo Barriosnuevo

Les dije, que estaba prendida la sede del picó "El Sabor Costeño", voy pá allá...sin embargo, teníamos claro, que no era frecuente, ni recomendable, que los jóvenes del sector...atravesaran la calle treinta para abajo, para ir caminando sin la debida precaución, por las calles del barrio Rebolo, gracias, a las constantes peleas entre pandillas, las llamadas fronteras invisibles, que para la década en los 80, ya eran una realidad.

Nos tiramos la caminada hasta llegar a la calle 17 con la carrera 26, a una cuadra, a donde se trasmitía las emisiones de onda sonora, finalmente, llegamos. El ambiente estaba prendido entre la calle 15 y 16, tomada por la densa multitud, la gente bailando y gozando, era una locura con cada tema de música que sonaba.

Recuerdo temas de música como: "Ma Cherie Maman" (El Asprilla) de "Las Estrellas de Namaco", "Talaka" (La Mecedora #2) de "Kenya Blue Star", "Pense a Moi" (El Hermano Pablo) de "Pablo Lubadika", "Iheoma Agighi Onye Oso" (La Pijama) de "Oriental Brother Band" Rosa Pii Mama (El Pinochet) Peter Owino Rachard entre muchos otros temas de música de ese momento.


Barrio La Luz Localidad Sur Oriente (B/quilla)

Estábamos de lo más bacano en el sardinel de una terraza, hasta que de pronto, entre el tumulto, me pareció ver una cara conocida, la del sujeto que me tumbo el billete semanas anteriores, lo teníamos casi al lado, bailando junto a nosotros, y para colmo, no estaba solo. Pensé...ñerda, que se nos podía dañar el rato y los amigos que me acompañaban, Jóse y Julio, pelaos sanos, ni siquiera se lo imaginan.

Apenas lo reconocí, él también me vio y de inmediato con el codo, alerto a los amigos pá que lo secundaran y el man se nos vino para encima.


Foto Mirjam Wirz

Se me acercó y por el estruendo del picó, me dijo casi gritado al oído ¿te acuerdas de mi? no le dije nada, yo haciéndome el loco, seguí tirándome un pase de baile, pero pilas, con la alarma encendida.

Se puso delante de mi, diciéndome: te estaba buscando. Le respondí: yo si te debería estar buscando, pero ya, déjalo así.

Me preguntó que si le podía prestar plata. Le dije que plata no traía.


Picó El Negro Rumbero. Foto: Africolombia

Me miro de arriba abajo y me vio los zapatos, eran unos mocasines de cuero que brillaban en la oscuridad, me los estaba estrenando, porque tenían un día de comprado. Me dijo que le gustan mis zapatos, y me ordeno que me los quitara. Le dije que eso no podía ser.


El coleto se llevo las manos al cinturón como para sacar un arma, y de inmediato, se las agarre, y se las apreté, le dije: deja la vaina así, que yo no quiero problemas. Ahí estuvimos, aguantados, forcejeando unos segundos, ¿no se de donde saque el coraje? lo cierto es...que lo sorprendí con mis dos manos, le dí un empellón, que cayo con las piernas para arriba, como Condorito. No espere ni a que se levantara, corrí pensando en el punzón o el machete, con el que me podía dar...me resbale y caí, me arrastre por el suelo jabonoso, había llovido por la tarde y como un resorte me levante, no hubo quien me alcanzara. Corrí desde la calle 16 hasta el puente de la 17 que atraviesa el arroyo de Rebolo.


Foto Mirjam Wirz

Mi preocupación era ¿como salen de allí, Jóse y Julio? Me quede mirando hacia la esquina de la carrera 26...hasta que vi venir a Julio, corriendo, venía agitado, pálido y con una sonrisa nerviosa, me decía, que el coleto, emputao, por no alcanzarme, fue donde él, le alcanzo a dar una patá, pero igualmente, corrió y tampoco se dejo cogé.


Ahora la preocupación era Jóse, pensábamos en lo peor, que él podía pagar por los dos.


Dairo Barriosnuevo

Lo esperamos ahí, pendientes, de tres a cinco minutos, hasta que por fin lo vimos, venía caminando y sonriente. Jóse nos contó, que el coleto, le camino para joderlo, pero que hubo varios muchachos que se metieron y lo escudaron, le advirtieron, que si le hace algo se la iba a ver con ellos. Le dijeron, que el problema tiene es con otro, o sea, conmigo, de modo, que pudo salir de ahí, escoltado, y sin inconveniente alguno.


Esa noche no podíamos irnos a dormir, sin antes, hablar con lujo de detalles, del incidente que vivimos. Lo cierto es...que esa noche, la sacamos barata.

Agradecimientos:

Fotos:

Mirjam Wirz
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*Artista Plástico e Investigador Cultural

martes, 20 de agosto de 2019

Crónicas Del Mundo Champetúo (Primera parte)


Por Dairo Barriosnuevo*

A continuación, comparto con ustedes, por medio de esta narración escrita, una serie de hechos vividos, directamente, desde el mundo champetúo.


Dairo Barriosnuevo

Año de 1987, tenía por ahí, unos 17 años, por aquellos días, no solo fui un joven melómano, amante y seguidor de lo que en B/quilla llaman "la buena música" haciendo referencia a la música picotera y verbenera.

A partir de los miércoles en adelante, era, para estar atentos, viendo, observando, desde la ventanilla de los buses, ciertas paredes y postes, los pasacalles y carteles, anunciando, la zona, de lo que sería el punto de encuentro del próximo sábado...a donde se llevaría a cabo, la gran noche de rumba, goce y el placer, de un buen baile de verbena.

Los sábados en la ciudad de B/quilla, eran, para todo aquel...que de alguna manera, se ha considerado un champetúo, el mejor día de la semana.


Anuncio de los grandes bailes de verbena, años 90

La cita era, en la sede del baile de verbena de "Canallón Club" en el barrio La Luz. Desde temprano por la tarde, nos encontrábamos, en la tienda de la esquina ubicada en la calle 17 con carrera 23, el baile, una cuadra más abajo. Desde allí, se escuchaba un repertorio musical de la rumba congolesa como "Souzana Koulibali" (Susana) de "Sam Mangwana" o el soukous "Helena" de "Bopol Mansiamina" "Awanna You Sisse" (La Juana) del nigeriano "Django Strong" de igual manera, de las llanuras Kenianas "S. Ogiro" (El Rastrillo Rebolero) de "Daniel Owino y 7 Band" de Zimbabwe "Take Covers" (La Metralleta) "JairoS Jiri Band" para solo mencionar unos temas de música, en un universo de sonidos musicales, con la preferencia de la música africana, además, le encimaban una y mil placas (glosas) con el reconocido grito de batalla del popular locutor de radio Mike Char; ¡¡¡Aquiii Sueeenaaa: El Timbalerooo!!!

Precisamente, música como esta...que no se escuchaba en ninguna otra parte, ni en la radio, ni en discoteca conocida, ni siquiera con otro picó...cuando los temas de música, todavía, permanecían como exclusivos, solo allí, se podían dejar escuchar en la máquina de música llamada El Timbalero.


Picó El Timbalero. Foto Africolombia.

Los champetúos de toda la ciudad y de su área metropolitana, se concentraban allí, frente y alrededores del enorme sonido del picó, para darse gusto por los oídos, que, como preámbulo, tirarse una buena zapateada de baile de manera individual, como solista, una y otra vez, y sudar la gota gorda con cada disco que le pongan, la catarsis pura, antes de entrar al baile, para luego adentro, escoger y sacar a bailar una lea (hembra), y restregarse con o sin límites, sexo contra sexo, con una o varias parejas de baile durante toda la noche.

Picó El Timbalero
Para los champetúos, la sola música es...desde siempre, el estimulante, el alucinógeno, la droga que los atrae y los lleva de un lado a otro, la que siempre los aglutina frente a los parlantes del picó, tal y como si se tratara de aquel célebre cuento de los hermanos Grimm: "El Flautista y Las Ratas De Hamelín".


Obra Dairo Barriosnuevo. El Timbalero, dibujo a lápiz de color 50 X 70 Cm.

Con la música, la muchedumbre, siempre añade estimulantes como el alcohol y el tabaquismo, además, de otras sustancias alucinógenas, restringidas o prohibidas, creándose, lo que las autoridades policíacas denominan, con la vieja frase de cajón: "un caldo de cultivo para la delincuencia", la cual se manifiesta, en la peligrosa cultura de la champeta o champetúa, en la que emergen sujetos, que social mente, son denominados los Pedro Navaja y los Juanitos Alimaña, que en nuestro contexto son los Coletos y Chirretes...los responsables, de que una manifestación musical del pueblo, que es auténtica y natural, la cual no solo es folclórica, también es popular y urbana, se encuentre altamente prejuiciada y estereotipada, asociada con lo duro, lo fuerte, lo violento, lo bajo, plebe y hasta obsceno.


Foto de Mirjam Wirz

Son muchas, las historias que emergen de estos personajes y su bajo mundo delincuencial, particularmente, con las historias de contiendas entre pandillas, casos de crónica roja y líos judiciales, en estos barrios populares, es, la pesada carga de prejuicios y estigmas sociales, la causa y lucha, por la que los organizadores de baile y propietarios de picós, tienen, y pretenden, limpiar y depurar de los bailes y eventos, que permanentemente, organizan y amenizan.

Pues bien, me encontraba dentro de la tienda de la esquina, tomándome una fría (cerveza) y a la vez saludando a gente que conocía bajo el mismo interés del baile, cuando de pronto, me abordó un sujeto, un prototipo champetúo de los que hoy día llaman un coleto y/o chirrete, pidiendo plata, la verdad es que me revise los bolsillos para ver si le daba alguna moneda, vio que asome un billete, el que tenía para pagar la entrada y gastármelo dentro del baile, y le dije, llave, no tengo. El sujeto me insistió, me rogó...para que le diera, hizo, que le entregara el billete al cachaco de la tienda para que me lo cambiara, y así fue, pero el cachaco, puso la plata en el mostrador, de inmediato, el chirrete le echo mano y se lo embolsilló.


Foto de Mirjam Wirz


Le reclame, a que me devolviera la plata y con cinismo me dijo, que yo le había dicho, que le iba a dar todo el billete. Le respondí ya con un tono enérgico, que nunca le dije tal cosa, de modo, que su reacción fue la de sacar de su cinto, un punzón pica hielo, con el que de inmediato, me alejé, me puse fuera de su alcance.

El chirrete se fue caminando rápido, bajando por la carrera 23, perdiéndose entre la gente, rumbo al barrio La Luz. Ahí en la esquina me quede, atracado, que ni para el bus.

Agradecimientos:

Fotografia:

Mirjam Wirz
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*Artista Plástico e Investigador Cultural