martes, 28 de abril de 2015

“Mekua Mu Murako” (El Indio Mayenye o El Cucú); El Primer Disco Africano Picotero.

Por Dairo Barriosnuevo*

El Sibanicú pintado por el pintor Alsander


En ciudades como las de Barranquilla y Cartagena, en los sectores populares, los barrios a donde se dice, que habita la gente del pueblo, allí, a donde están arraigados ciertas formas de ser y estar, pero ante todo, de sentir, a través de sus respectivos imaginarios colectivos y populares. En estas dos ciudades, no solo tienen un sentido de apropiación sobre ciertos elementos y hechos, que son culturales, manifestaciones y expresiones que hoy día, tienen mucho en común y que se comparten, pero a la vez, como elementos que tienen significados de identidad, son motivo de disputa.      

Las manifestaciones y expresiones a las que hago referencias, son, el fenómeno de cultura urbana de la champeta, tiene que ver específicamente, con el picó, los bailes de verbena, el llamado perreo (animación musical) la música llamada champeta o terapia criolla, o la misma música africana, en todo caso, la población de ambas ciudades, se atribuyen como propias, a su manera, ser la madre o la fuente de cada una de estas expresiones o manifestaciones culturales.
          
Me di a la tarea de tomar solamente una, por ejemplo: como la de saber ¿por dónde fue que primero entro la música africana contemporánea en el caribe colombiano? hacer el ejercicio e investigar, partiendo inicialmente, desde la ciudad de Barranquilla, donde hay un interesante relato con hechos y nombres propios y es el que a continuación: 

Para iniciar, les consulte a las personas que tienen la voz autorizada para hablar del tema, los protagonistas que desde un principio de los 70, dedicaron parte de su vida a viajar y traer la música africana del exterior, hecho por el cual, desencadeno toda una cultura popular que hoy desborda pasiones, hasta el punto de tener que escribir esta crónica.

Osman Torregroza
Osman Torregroza dice: que recuerda que el primer disco africano que pudo escuchar en la ciudad de Barranquilla, fue quizás mucho antes de la década de los 70. Por ejemplo, ya se había oído música de la cantante surafricana Miriam Makeba y no uno que dicen por ahí, al que le llaman El Indio Mayenye o El Cucú.

Donaldo García
Donaldo García por su lado lo confirma: el disco El Indio Mayenye o El Cucú, fue el primer “éxito musical africano” de una gran aceptación por el público bailador a nivel de verbena, pero que mucho antes, ya había sonado otros temas africanos como el “Pata Pata” de Miriam Makeba, y que a pesar de ser un éxito a nivel mundial, para entonces, en las verbenas, la gente no sabía cómo bailar este nuevo ritmo musical, el cual era totalmente desconocido, que por eso, El Pata pata, no fue tan importante como en este caso, si lo fue, El Indio Mayenye o El Cucú.

Nos pusimos a investigar y esto fue lo que nos encontramos: para el año de 1969, con sede en el barrio La Magdalena de la ciudad de Barranquilla, aparece en el escenario de los bailes de verbena, el poderoso sonido del picó “El Sibanicú” de propiedad del señor Cristobal Ruiz, su primer dueño, luego de que pasaran casi veinte años, a manera de una empresa familiar, este mismo aparato de sonido, paso a ser de su cuñado Virgilio Charris (QEPD) por otra cantidad de años. En la actualidad, El Sibanicú, pertenece a un sobrino de Cristobal llamado Carlos Vanegas Ruiz.

Cristobal Ruiz, primer propietario del picó El Sibanicú
El Sibanicú a través de todos esos años, todos los fines de semana en sus largas correrías, tocando en los diferentes bailes de Barranquilla, Cartagena y toda la costa del caribe colombiano, son varios los éxitos musicales de verbena los que se le han atribuido como exclusivos de su propiedad. Uno de ellos, es aquel célebre disco que en el medio picotero y verbenero, se dice y se cree, fue el primer tema de música africana contemporánea, que se pudo escuchar en uno de estos bailes animados con picó.

Ernesto Corrales Ospino
Cuenta la historia, que a principios de la década de los 70, un amigo y vecino de Cristobal Ruiz, un barranquillero llamado Ernesto Corrales Ospino, quien para entonces, tenía a su padre Ernesto Corrales Morales, trabajando como mecánico de aviación en el África Subsahariana, exactamente en la ciudad de Kinshasa, la capital del antiguo país de Zaire, hoy República Democrática del Congo, quien en sus permanentes remesas, además, les encimaba música de aquellas lejanas tierras, y que más tarde, su hijo Ernesto, acá en Barranquilla, pasaría a ser, de una manera desinteresada, el único proveedor de esa música africana para el picó El Sibanicú, a donde se difundió y se dio a conocer no solo en Barranquilla y Cartagena, sino en toda la costa del caribe colombiano.

Particularmente, hago referencia al long play variado de rumba congolesa llamado “Hit Parade N.2,” cuyo nombre original del disco, en el idioma lingala, se titula: “Mekua Mu Murako” de la orquesta “Bayanzi” el cual fue producido bajo el sello disquero “Tcheza” exactamente para el año de 1971, y que aquí, en nuestro contexto picotero y verbenero, por aquellas razones de onomatopeya, gracias, a que en la parte cantada del disco, a donde se escuchan los coros, para identificarlo, en Cartagena se le llamó como “El Indio Mayenye” y en Barranquilla se le conoció como “El Cucú”

Portada original del disco Mekua Mu Murako
Gracias a este disco de origen africano, muchos de los melómanos, bailadores, seguidores y coleccionistas de la música picotera y verbenera, todos, dirigieron su mirada hacia el continente africano, considerando, como una nueva e inagotable fuente de música, como materia prima, para el entretenido juego de los varones, por la adquisición de música desconocida e inédita, a la que se le haría pasar como música exclusiva, durante las contiendas comunicativas musicales, en medio de todo este sistema de música y sonido picotero.

La primera vez en que se estrenó este disco, fue en un barrio de población de afro descendientes, me refiero al bajo Valle de Barranquilla.

El Sibanicú: El Azote Africano de Barranquilla en plena actuación en la década de los 70. 
Ernesto Corrales Morales en Colombia, tuvo no solo a su hijo Ernesto, el único que se quedó viviendo en Barranquilla, sino que además, tuvo a tres hijas.

El señor Ernesto Corrales para el año de 1967, fue contratado por una empresa estatal de Zaire (Fuerza Aérea de la República de Zaire) a donde laboro por un largo tiempo de 27 años, además, estuvo acompañado de una cuadrilla de compañeros y amigos, no menos de doce colombianos. Regreso de África en el año de 1995 y se instaló en Bogotá, a donde falleció a los 78 años de edad el 21 de enero de 2005.

El Sibanicú de Barranquilla Colombia.
Cristobal Ruiz nos hace saber la siguiente inquietud: hay gente en actualidad, que por medio del Internet, le da el crédito de difusión y exclusividad de este disco a otros picós, como en el caso de El Gran Pijuán, El Rojo, entre otros, pero es bueno aclarar, que el primero que lo sonó en Colombia, fue El Sibanicú, que él, en varias oportunidades se lo presto a esta y otras máquinas de sonido “amigos” de Barranquilla, como un refuerzo para los mano a mano musicales durante las competencias contra los picós de Cartagena, de ahí fue que se originó toda está confusión.

Agradecimientos:

Osman Torregroza
Donaldo García
Cristobal Ruiz
Ernesto Corrales Ospino
Enlace de Youtube
Fotos: Africolombia, Fukafra, perfiles del Facebook


*Artista Plástico e investigador cultural.


domingo, 8 de marzo de 2015

Un disco anónimo del África, al que se le llamo "El Partido"

Por Dairo Barriosnuevo*

El Gran Pijuán de la década de los 70. 

Enlace del audio "El Partido" en Youtubehttps://www.youtube.com/watch?v=5Bjjmr5JBx0


Cuenta la historia, que a mediados de los 70, llegó a Cartagena, un disco anónimo de África al que le llamaron El Partido.

La información que traía este disco en sellos y portadas, fue tachada y raspada por su propietario de turno, para de esta manera, evitar, que los picós rivales de patio y plaza musical, también lo tuvieran, para solo tener este único ejemplar como si se tratara de un éxito exclusivo, solo de su propiedad.

Lo cierto es, que de este disco, lo único que sabemos es que es de un ritmo llamado "Highlife" que proviene del lejano país de Ghana o Nigeria.

Jaime "Jimmy" Melodía

Se le llamó así, porque este singular vinilo, presentaba una rotura en el borde del disco, de modo, que la gente para pedirlo al picotero, le empezó a llamar el disco partido, y por ende, el audio, de este particular ejemplar, se le acuño con el título de El Partido.

La parte astillada de este vinilo, intervenía la parte inicial de la exitosa pieza musical, y como cualquier disco de highlife de los 60 y los 70 que conocemos, resulta ser extensa, de modo, que permitió, que aquella parte de la pieza musical, que tanto le interesa al bailador en el caribe colombiano, le quedara intacto, me refiero al fragmento, al que popularmente llaman el repique, o la descarga musical, el cual viene siendo el clímax, o el núcleo mismo de la canción.  

Inicialmente, el disco El Partido fue lanzado y promocionado por el picó El Platino de Cartagena, de propiedad de la familia de Jaime Fontalvo, más conocido en el mundo picotero y verbenero como Jimmy Melodía, un comerciante de música que más tarde, a finales de los 70, le vendiera este disco a un célebre picó de Barranquilla, llamado El Gran Pijuán, de propiedad de Luis “Chicho” Eljaiek, quien dio a conocer este importante éxito musical en La Arenosa de los 70.

Luís Chicho Eljaiek y Cesar Romero
Más tarde, Chicho Eljaiek, contrajo nupcias con la hija de Limberto Beltrán (QEPD), quien era el propietario del picó El Huracán de Cartagena, de modo, que este disco, regreso nuevamente para ser programado en la ciudad amurallada.

Limberto Beltrán (QEPD)

Ya en los 80, dice el mito, que este acetato del disco El Partido, paso a ser parte de la colección privada de música del señor Jesús María Villalobos (QEPD), propietario del picó El Perro, también de Cartagena.


Jesús María Villalobos

Cuenta la historia, que en la residencia del picó El Perro, hubo un lamentable incendio que dejo como víctima mortal, a un hermano menor de Jesús María Villalobos y donde se presumió, que el preciado tema de música "El Partido," al lado de otra cantidad de valiosa música, fue consumida por la llamas.



Este servidor y Hugo Román, con la prueba reina, que como evidencia, muestra y pone a sonar, la célebre pieza museística, de "El Partido"

Contrario a lo que por muchos años se había creído, sobre el mito, del triste final de una de las piezas de música más buscada del mundo picotero, recientemente, hemos vuelto a tener noticias y evidencia física, además, porque lo tuvimos en nuestras manos, sobre el preciado disco llamado El Partido. 

Angel Correa (Anco), quien lo probó y lo puso a sonar en un tocadisco de su propiedad, en el centro de Barranquilla, confirma, que este ejemplar musical es de propiedad de un señor que es coleccionista de música en vinilo en Cartagena, cuyo nombre es "Ángel De La Salsa Barros", quien hace parte de un grupo de coleccionistas de esa misma ciudad, entre los que se encuentran Humberto Andrade, Hugo Román y Ed Zarache, entre otros, colectivo, que se hace llamar "Los Compadres." y que periódicamente, compiten musicalmente, con otros grupos de coleccionistas de música en vinilo, de la ciudad de Barranquilla y otras ciudades.

Gabriel Llerena (Pastrana)

Por otro lado, algunos curiosos melómanos y coleccionistas del caribe colombiano, quienes desde hace muchos años, están tras las huellas del preciado tema musical, se encuentran escarbando las discografías y diferentes servidores de música del Internet, creen o suponen, que esta producción musical pertenece a los inicios de un músico llamado Chief Stephen Osita Osadebe. Otros por su parte, consideran, que es de un músico llamado Dr. Orlando Owoh.


Agradecimientos:

Ángel De La Salsa Barros
Hugo Román
Cesar Romero
Jaime Fontavo (Jimmy Melodía)
Luís (Chicho ) Eljaiek
Gabriel Llerena (Pastrana)
Ángel Correa (Anco)
Enlace de Youtube
Foto: Luciano Barraza
Foto: perfil de Facebook; Jero Fajardo
Foto: Blogs de Africolombia
Foto: Blogs de Fukafra  

* Artista Plástico e Investigador Cultural. 
     

EGWU UMU WA (El Manducazo)

Por Dairo Barriosnuevo*
Disc Jockey Buzz Maeschi 
                                                       
Enlace del disco en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=TGFLqiv-Yt4

Para los carnavales del año 2012, el Disc-jockey  alemán Buzz Maeschi, quien estuvo de paso por la ciudad de Barranquilla, trajo un paquete en el que venían unos L.P. de música Africana, con el ánimo de hacer un intercambio por música costeña colombiana, con el también melómano Fabián Altahona Romero. Precisamente de ahí, de ese intercambio, fue que vinieron varios álbumes o producciones de música de origen nigeriano, y que apenas hoy, están teniendo la debida importancia en el medio picotero y verbenero de la ciudad de Barranquilla.


Fabian Altahona Romero
                                                               
Con el paso de los días, Altahona distribuyo estos discos en lo que parece ser una nueva ola de jóvenes, los cuales se vienen destacando como programadores de la música verbenera, en los llamados nuevos encuentros picoteros que se vienen realizando a través en una serie de estaderos emergentes de la ciudad, los cuales se han especializado en programar música no solo verbenera, sino en los sonidos originales de la música africana en formatos de pasta o vinilo.



Portada original del disco El Manducazo

Uno de los álbumes de música de Nigeria en ritmo de highlife que destacamos es el llamado: NEW NIGER CITY DANCE BAND en el que venía un disco titulado: EGWU UMU WA, producido en el año de 1970, bajo en el sello disquero Tabansi Records de Nigeria, el cual hoy, antes, durante y después de los carnavales de este mismo año, 2015, se convirtió en toda una sensación, porque suena por todos lados a donde uno se encuentre, hasta el punto, de llegar a ser una la locura colectiva, no solo en los picós, sino en los carros con sonido incorporado, además de todas las emisoras de radio de la ciudad de Barranquilla.

Lain Domínuez
El Sovietico de propiedad de Lain Domínguez
                                                                     
Uno de estos jóvenes, es Laín Camilo Domínguez, propietario del picó “El Soviético” quien lo tuvo primero en sus manos, programándolo como un exclusivo de su propiedad en los diferentes encuentros picoteros por un tiempo de cinco meses, hasta que a este disco, le saliera un comprador, otro destacado joven llamado Luis De La Salas, más conocido en el medio picotero como Lukasaro, dueño de otro importante picó del momento: El Master.


Luis De la Salas (Lukasaro)

Picó El Master de propiedad de Luis De La Salas "Lukasaro"

Lukasaro dice que lo obtuvo y lo hizo en el medio picotero, lo bautizo con el particular nombre de “El Manducazo” Cuenta que el disco en su base percusiva, le parece sonar como a los golpes de un manduco en una extenuante jornada de batea.


Nelson Fontalvo
                                      
Nelson y Wimer Coba "El Chucky"

Luego de una transacción costosa, este disco fue a parar manos del reconocido estadero La Estación del señor Nelson Fontalvo, a donde su picotero de planta Wilmer Coba, conocido como “El Chucky” lo empieza a programar como uno de sus exclusivos por más de un año, al estilo de como lo hace un picó, de modo que este éxito, se consolido en los circuitos de música de estadero.


Emerson Villa

Por su parte, el coleccionista de música Emerson Villa, a quien permanentemente, le llega música africana desde el exterior, tiene amigos que igualmente, son melómanos, como en el caso de Nando Junior, propietario del picó El King Nando, quien le revisa y le asesora en esto de la música, porque para saber si un disco será o no un éxito hay que estudiarlo, lo que significa oír una y otra vez los sonidos grabados en el acetato, lo que se puede durar horas y jornadas de audiciones, lo que hace que el éxito “El Manducazo” sea una vez más descubierto y ya serían dos los L.P. en la ciudad.


Hernándo "Nando" Iriarte
                                           
Noticia que causo un gran revuelo en el medio picotero y coleccionistas de la ciudad, acetato que de inmediato, empezó a sonar a través del picó “El Gigante de la Música”


Picó El Giagante De La Música y El Sonido
Según las fuentes, Nelson Fontalvo quiso comprar este segundo disco, con la finalidad de seguir conservándolo como un ejemplar exclusivo de su negocio, lo que hizo que hubiera una interesante puja entre los coleccionistas de la ciudad por la adquisición del disco.

Fue tanta la presión de la oferta y la demanda por el vinilo, que de inmediato, salió una grabación audio en el mercado pirata local. De todas maneras, este segundo long play fue vendido a un coleccionista de música llamado José Mow, quien reside en el archipiélago de San Andrés.

José Mow
Lo único cierto es…que los beneficiados de esta divulgación musical somos todos, los bailadores, los melómanos y hasta cualquier desprevenido transeúnte, al poder degustar de una manera masiva, la tan preciada pieza de música, a la que todos identifican o llaman “El Manducazo”

Agradecimientos:

Fabián Altahona
Laín Domínguez
Luis De Salas
Enlace de youtube
Perfil de Facebook 

*Artista Plástico e investigador Cultural


miércoles, 25 de febrero de 2015

Liwa Ya Ndika Somo (El Asalto N.2) de Johnny Bokelo y su Orquesta África Mbonda.

Por Dairo Barriosnuevo*



Solo hasta mediados de la década de los 90, fue que en Colombia, se llegó a saber sobre la existencia de este maravilloso sonido musical, gracias, a que Jarold Sarmiento, uno de los picoteros de ese momento en el picó “El Torres” en concierto de Barranquilla, de propiedad del señor Armando Villa, se consiguiera el este long play, luego de que Aroldo (El Flaco) Iriarte, uno de los administradores del picó El Rey de Rocha, se lo cediera.


El Gran Torres de la década de los 90
Para los cartageneros, en ese momento, la música africana ya no era de gran significación, ya no tenía ningún valor económico ni comercial, por aquello, de que los picós Cartageneros, se comportaban, se creían como si se trataran de pequeñas casas disqueras, se dedicaron a lanzar, promocionar y comercializar música y discos de producción local, música de cantantes de los barrios populares de Cartagena, más que nunca, la llamada champeta criolla, se encontraba en todo su furor en la ciudad amurallada.

Armando Villa
Armando Villa, quien para entonces, era propietario de los dos picós más importantes en la ciudad de Barranquilla “El Gran Torres En Concierto” y “El Pijuán Máquina Total” de manera simultánea. 

Lo cierto es, que El Torres y El Pijuán lo empezaron a programar, sin embargo, estos dos aparatos de sonido, no serían, los que realmente le dieran la puntada final pegando este disco ante un público bailador, corte musical llamado: “Liwa Ya Ndika Somo” del cantante congolés “Johnny Bokelo” y la orquesta África Mbonda, el cual fue grabado en la ciudad de París en el año de 1983, bajo el sello disquero J.B.L. Pues bien, quien realmente lo sonó y lo proyecto fue un tercer picó llamado “El Arvi” cuyo nombre fueron las iniciales de Armando Villa. 

Eso fue para el año de 1998, lo curioso, es que para ese momento, este último aparato de sonido ya no tenía tocadiscos en su torna mesa, lo que pegaron fue un audio.


Picó El Arvi
El Arvi fue un pequeño sonido de formas comprimidas, pero tenía un sonido tan potente y claro, que superaba a cualquier muralla con parlantes que le pusieran al lado, de modo, que desde el primer momento en que lo prendían, dejaba boquiabierto con exclamación y todo tipo de comentarios positivos, a todo el público barranquillero presente, que lo vio y escuchó. El Arvi tuvo corta vida, lo armaban solamente para competir en los llamados encuentros o duelos picoteros, fue además, la antesala, o el inicio de una nueva potencia de sonido, y que posteriormente, se llamara “El Skorpion Disco Show” claro, que esa es otra historia.

"Liwa Ya Ndika Somo" fue identificado con el piconema de “El Asalto N.2,” gracias, a que tiene los tonos y colores de los sonidos muy parecidos a otro tema de música y que fuera un éxito picotero con antelación. Hago referencia al corte "Sylvia" de la orquesta Massako 82, el cual le llamaron “El Asalto.”

Martín Olascoaga (Picotero)
Los picoteros que mandaban la parada imponiendo como exclusivo este disco fueron Martín Olascoaga, Manuel Acuña (El Biónico Mañe), además de Jarold Sarmiento.

Manuel Acuña "Biónico Mane" (Picotero)
Al cabo de un tiempo, cuando ya el disco era muy solicitado por el melómano, bailador y el público en general, despertó el interés de algunos propietarios de picó y de coleccionistas de música, fue entonces, cuando los administradores del picó “El Rey de Rocha” con sede en la ciudad de Cartagena, comenzaron a solicitarlo y reclamarlo como suyo, por ser ellos, los reales dueños del disco, de modo, que se lo mandaron a pedir a Armando Villa, este ni corto ni perezoso les dijo, que para devolverlo, tenían que pagarle una suma en efectivo de $700 mil pesos, por tomarse el trabajo de lanzarlo, promocionarlo y convertirlo en un nuevo éxito en los bailes de verbena del caribe colombiano.


Jarold Sarmiento (picotero)
El Biónico Mañe dice, que los hermanos Iriarte del picó El Rey, pagaron por el disco, sin embargo, antes de entregarlo el preciado ejemplar musical, ya se le había sacado una copia del audio, para tenerlo y seguirlo programando. Por su parte, Armando Villa, no recuerda haber recibido tal dinero a cambio de este disco, ni tampoco recuerda a quién fue que se lo entrego. 

Jarold Sarmiento por su parte, dice, que en ese momento, el disco llegó a cotizarse hasta en 1 millón de pesos.
Un modelo más reciente del "Gran Torres" en Concierto
Sea mito o realidad lo de esta transacción, lo que si es cierto, es, que el valioso acetato original de Johnny Bokelo, fue a parar a las manos de un nuevo aparato de sonido que se abría camino en la ya disputada plaza verbenera de Barranquilla, se trataba del picó “El Moreno Mega Show” de propiedad de Angel Moreno.

Agradecimientos:

Armando Villa
Manuel Acuña
Jarold Sarmiento
Carlos Estrada
Fotos: Perfiles de Facebook
Enlaces de Youtube

*Artista plástico, docente e investigador cultural.


  

viernes, 20 de febrero de 2015

CARNAVALEANDO ANDO...

Por Dairo Barriosnuevo*


Después de muchos años de vivir en medio de las carnestolendas fiestas de Barranquilla, por primera vez decidí ponerme un disfraz completo “de pies a cabeza”  

Fue una interesante experiencia, siempre había visto y apreciado el carnaval siendo un simple espectador o un consumidor pasivo, ya sea desde un palco o bordillo la mayoría de las veces o ninguna de las anteriores. Este año 2015, tuve la oportunidad de ser lo que los críticos llaman “un idiota útil,” porque me preste a ser la materia prima, para que los comerciantes de siempre y todos los años durante el carnaval, hagan su jugoso negocio de temporada.



No fue costoso disfrazarse, me compre una capucha de marimonda y una camisa multicolores brillante, me puse el pantalón al revés aunque necesitaba de los bolsillos, me conseguí una barita de totumo y un pito de pea pea. Al menos me disfrace de una manera descomplicada, sin tener que embadurnarme con sustancias viscosas o pegajosa, tampoco lleve cosas u objetos incómodos que me resulte un absoluto encarte.

Algo interesante del disfraz fue que podía ver a todos sin que nadie me pudiera reconocer, me sentía como invisible, sin embargo, pasaron por mi cabeza algunas preocupantes ideas, como la de ser confundido y encontrarme en el lugar equivocado y verme involucrado en situaciones y problemas bochornosos que nada tengan que ver conmigo.



Al no ser reconocido quise probar y tener acceso a un reconocido burdel de la ciudad y ver ¿cómo es el ambiente del llamado infierno durante un día de Carnaval? Los vigilantes del lugar no me lo permitieron, a menos, que me identificara despojándome del capuchón, hasta señalaron la ubicación de la cámara. Considere que la gracia del disfraz consistía en mantener el anonimato. Lo mismo sucedió en un billar, a pesar de que me dispuse a una requisa tuve que ir a orinar a otro lado.
              
Comprendí que es muy importante saber escoger el disfraz y aunque se dice, que en carnaval todo se vale, hay que tener en cuenta en no caer en la vulgaridad, me percaté de que los que más se acercan para ver y contemplar el disfraz son los niños y jóvenes.



Inicie caminando por los barrios y comprobé, que un solo disfraz, es más admirado y apreciado por la gente, que estando en medio de un desfile con muchos otros disfraces.

Aunque no tengas el entusiasmo, ni sepas hacer las acostumbradas morisquetas y gestos del personaje, los que hay que practicar, a la gente siempre les parece muy divertido. El disfraz de marimonda es muy erotizado, para el caso de las mujeres, se les da mucho por agarrar y jalar de su larga nariz, claro, no podemos decir lo mismo de los niños, es un simple asunto de travesura y necedad.

La realización personal de alguien que se disfraza consiste en la aceptación, en la valoración de lo que se haces, y se ve reflejado en la interacción con la gente del común, de lado a lado del bordillo, te lo hace saber con una sonrisa, su alegría, especialmente ellas, te sacan a bailar, te ofrecen trago, cerveza, gaseosa, agua y hasta dinero, aunque no se lo pidas, además, te detienen para tomarse la foto para de inmediato compartirla en la red social.



Para el disfraz no hay obstáculos ni talanqueras, se ingresa a los desfiles y sitios, a los que cualquier persona del público consumidor, desea ingresar. Lo pude comprobar en la batalla de flores de la 44.

Los invito a todos a disfrazarse, contra el centralismo oficial de la fiesta, hay que disfrazarse, vale la pena.



*Artista Plástico e Investigador cultural.    

miércoles, 28 de enero de 2015

Anam Elechi (El Olea) Oriental Brothers Band de Nigeria

Por Dairo Barriosnuevo*


Portada del disco: Anam Helechi (El Olea)

Enlace del disco en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=4lnroP0Ww1k

Este importante clásico musical de los bailes de verbena, de la ciudad de Cartagena y más tarde en el caribe colombiano, fue sin duda, el disco exclusivo más emblemático del picó El Huracán. Cuenta el mito, que este primer disco, vino en un formato sencillo de 45 revoluciones por minuto, sin que hasta el momento, nadie de razones de quién lo trajo, ni cómo fue que se consiguió.


Jero Fajardo
El veterano picotero "Jero Fajardo" dice, porque nadie se lo contó, sino que él, personalmente, lo pudo presenciar, este primer disco de la agrupación "Oriental Brothers Band" fue un long play en sello francés Decca y lo trajo el señor Luis Cortes directamente para la discoteca del picó El Huracán.


Luis Cortes
Limbertino Beltrán (QEPD) quien fuera el propietario de El Huracán, no solo era el dueño de este legendario picó, sino de otro aparato también importante, dos a la vez, de manera simultánea. Hago referencia al picó: El Mayor.

Cabe aclarar también que, el picó El Huracán, mucho antes de llamarse con este nombre, se llamo el Lago Azul, eso fue para el primer lustro de la década de los 70.
Picó El Huracán de Cartagena en la década de los 70.
El disco Anam Elechi, se le conoció en el argot popular de la verbena y el picó, como “El Olea” bautizado así, gracias a la repetición permanente de los coros, los cuales parecen decir, a lo largo de toda la pieza musical: Anam Elechi El Olea...bis.
Humberto Castillo Rivera en sus tiempos de gira por Europa.
El Huracán de Cartagena, mantuvo este disco como un exclusivo de su propiedad, nada menos que por 19 años, hasta que un señor antioqueño llamado Humberto Castillo, con un espíritu tan cartagenero, como las murallas mismas, hiciera uno de sus legendario viajes a la ciudad de Lagos, la capital de Nigeria, cabe destacar que…Humberto, es hasta ahora, el único colombiano, que se atrevió a viajar al mismo corazón del África negra, el África subsahariana, con el único fin, de ir a buscar música africana para las cajas de discos, de los picós de la ciudad de Cartagena y para algunos de Barranquilla. Pues, trajo tres de estos Long Play de Anam Elechi de sello Afrodisia, además, de mandar un paquete con más de cien acetatos, entre los que se encontraban varias agrupaciones ya conocidas y otras que no y que posteriormente, se socializaron y se transformaron en nuevos éxitos picoteros y verbeneros.
Godwin Kabaka Opara


Sir Warrior Opara


Dan Sathh Opara
El disco Anam Elechi, sonado y degustado por picó El Huracán de Cartagena, fue una producción musical del año de 1975, fue quizás, el primer disco llegado y difundido en Colombia, perteneciente a la dinastía musical de los hermanos Opara: cuyos nombres son: Ichita, Godwin Kabaka, Sir Warrior y Dan Sath, algunos de ellos ya fallecidos, agrupación musical que se hizo llamar: “Oriental Brothers Band” y de la que surgieron una serie de artistas y agrupaciones con sonidos y colores muy similares, interpretando el más puro de los ritmos contemporáneos de Ghana y Nigeria: El “Highlife.”

Agradecimientos:

Humberto Castillo
Jero Fajardo
Luis Meza
Osman Torregroza
Sidney Reyes
Enlace de Youtube
Fotos de perfil del facebook
Estudios de Fukafra

*Artista Plástico, Docente e Investigador Cultural.