jueves, 15 de agosto de 2013

RETAMOZA, EL CORRESPONSAL DE LAS ARTES PLASTICAS DEL BARRIO ARRIBA DE BARRANQUILLA.


Por Dairo Barriosnuevo*


Carrera 32 Calle 28 Esquina
Jesús Martines Retamoza es un joven que nace el 25 de octubre de 1992 en el municipio de Sitionuevo (Bolívar) y aunque haya nacido en estas tierras, él, se considera ante todo, Barranquillero, vive aquí desde que tuvo los tres años de edad. Retamoza es un muchacho entusiasta, emprendedor y mamagallísta, pretende abrirse camino en el mundo de las artes plásticas, y lo hace a través de su primera producción minuciosa del dibujo en tinta, el cual son apuntes del natural elaborados con un bolígrafo.

Carrera 32 Calle 29 Esquina.

Desde muy niño estuvo observando el trabajo plástico del maestro Alfredo García (Q.E.P.D) quien era su vecino en el barrio San Roque, tiempo después, se vinculo a la asesoría y orientación de los talleres de artes plásticas del proyecto Casas Distritales de Cultura, a través de este servidor, el cual ofrecía sus servicios de formación a una cuadra de su residencia. Hoy, este joven está formalizando sus estudios en la Escuela Distrital de Arte (EDA), formándose y perfeccionando el lenguaje comunicativo a través de los diferentes medios técnicos que la academia formal y tradicional le puede brindar, y con los que pretende expresar lo que vive, siente, quiere y piensa.


En el inicio de su primera producción artística, la materia prima de sus imágenes es el antiguo Barrio Arriba, conformado por los barrios tradicionales de Barranquilla, el barrio de San Roque y Rebolo. Retamoza ha venido exponiendo sus trabajos de manera gradual y colectiva con sus compañeros de grupo con el que se viene formando en los eventos y cierres del proyecto Casas Distritales de Cultura y en ocasiones, cuando ha hecho parte de la Escuela Distrital de Arte, además, de las permanentes actividades culturales que organiza La Fundación Casa de Hierro, y por supuesto, los recientes eventos del proyecto del Distrito y El Museo del Caribe: Barrios Creativos.  

Retamoza en cualquier día de la semana, ya sea en las horas de la mañana o la tarde, sale a caminar con una tabla de triples bajo el brazo, cartulinas de cuarto u octavo  y un bolígrafo, y como perdido buscando una dirección, mira hacia todos lados las calles y esquinas, observa las viejas y olvidadas ruinas de mansiones, como el objetos de estudio de su arte, las viejas edificaciones y casas residenciales que en otrora, fue el opulento barrio de la gran sociedad barranquillera. Claro está, lo hace con la debida precaución, con muy bajo perfil, se ubica y pacientemente comienza a dibujar e interpretar, lo que su ojo artístico plástico percibe.

Calle 28 Carrera 32.
Retamoza podría congelar la imagen apoyado de una cámara fotográfica, a la manera como lo hacen algunos reconocidos acuarelistas de esta misma ciudad, pero no debe, a duras penas carga consigo un viejo celular, gracias a la tremenda inseguridad que hay en el sector, pues, son abundantes los sujetos que circulan y que son amigos de lo ajeno. El sentido de pertenencia que Retamoza tiene para con aquel espacio, le permite a la perfección, atravesar aquellas fronteras que son invisibles para cualquier advenedizo en estos lugares, como consecuencia, de las imaginarias luchas territoriales entre los jóvenes, que atrincherados, conforman grupos y pandillas, que desde hace años, eran fervientes seguidores de picós, como en el caso de los champetúos de la Zona Negra, Las Tablitas, El Oasis, El Golfo, La Búfalo, entre otros sectores, en el que actualmente está dividido los barrios de San Roque y Rebolo.


Quizás la causa principal desde hace algunos años, es la sangrienta guerra ocasionada por el control del mercado del micro tráfico de drogas alucinógenas, situación esta, que trae a colación aquel crudo y dantesco films brasilero de Fernando Meirelles y Katia Lund,  podríamos decir, sin temor a equivocarnos, que, Barranquilla tiene su propia “Ciudad de Dios” y en el joven Retamoza, nos encontramos ante un Buscacapé.

Calle 17 Carrera 32, entrada hacia El Rincón Latino.
No podíamos dejar pasar por alto como parte de este problema de descomposición social, aquellos zombies que hacen parte del paisaje, que habitan y deambulan por estas calles, como en aquel famoso video clip de Michael Jackson llamado triller,  personas indigentes y harapientos a los que se les llama locos, muchos de ellos son recolectores y reciclado res, que viven de las basuras, y que en su gran mayoría, son víctimas y clientes de la adicción a las drogas alucinógenas, que se expenden en el sector de la llamada zona cachacal y alrededores, y más allá, cubriendo no sólo la zona del centro y el mercado de Barranquilla, sino todo el cinturón de la localidad del sur oriente. El paisaje deshabitado que se aprecia en los trabajos artísticos de este joven artista, no representa la falta de un manejo técnico en la figura humana, por el contrario, es hasta un excelente retratista. 
JESÚS MARTINEZ RETAMOZA
Son estas, entre otras, suficientes las razones para denominar a Jesús Martines Retamoza, como un corresponsal de las artes plásticas en el barrio Arriba.


* Artista plástico e investigador cultural
















martes, 30 de abril de 2013

LA OBRA PLÁSTICA DE DAIRO BARRIOSNUEVO (6)


AVANT GARDE AND POP ART


              Por Walter Fernández Emiliani*

El Supersónico: Por Dairo Barriosnuevo; acrílico sobre lienzo, 100 X 100 cm.


Si hay una obra que define cabalmente la idiosincrasia del Barranquillero, esa es la de Dairo Barriosnuevo. Son fenómenos que con el tiempo, devienen iconos populares. Igual sucede con Alci Acosta, cuando interpreta "La copa Rota" de su autoría: resumen el sentir colectivo.


Skorpion Disco Show: por Dairo Barriosnuevo; acrílico sobre lienzo, 100 X 100 cm.

La concepción artística de los Pickup en torno a la cultura popular de barriada, al colectivo que se refocila entorno al 'tótem', al rito fraterno de la fiesta y el goce de fin de semana, ha dado paso, en esta nueva muestra, a imágenes que no son otra cosa, que representaciones imperfectas de la realidad, idealización lúdica de nuestra cultura, aspiración ingenua del populacho, expresión de un kitsch que brota espontáneo de una estética dudosa y que Dairo recoge como propuesta pictórica y social.



El Gran Che, por Dairo Barriosnuevo; acrílico sobre lienzo; 100 X 100 cm.


¿Que hace sociología? por supuesto, porque es la expresión de un Pop art, en que el individuo se reconoce en el instante que es mas suyo. ¿No fue Marx, el que dijo que "El tiempo es el espacio de la libertad"? y agregó -en alguna parte- al hablarnos del hombre múltiple, que en el futuro "ya no habrá pintores, sino, solamente, hombres que pintan", púes bien, es en esta multiplicidad donde se expresa Barriosnuevo, en una obra que no se queda en lo convencional de la plástica, sino que trasciende su entorno y lo hace suyo.



El Timbalero: por Dairo Barriosnuevo; acrílico sobre lienzo, 100 X 100 cm. 



El Gran Fredy: por Dairo Barriosnuevo; acrílico sobre lienzo, 100 X 100 cm.




*Escritor y poeta.
Edición y recreación gráfica: Dairo Barriosnuevo.

lunes, 22 de abril de 2013

LOS TOREROS DEL TOCADISCO

El sistema de sonido de los picós de la Colombia africana

       Por Daisan Mc Lane
Noraldo Iriarte más conocido como Chawala DJ, El Capo No.1.
 
Abrirse paso entre la gente joven en su mayoría negros cartageneros...!!! 

Colombia como cualquier otro lugar del Caribe tiene la propiedad de improvisar. El picó es la ingeniosa contribución de Cartagena a la tecnología caribeña. El picó es…la mejor forma de conocer este aparato es compenetrándose con él.
Abrirse paso entre la gente joven en su mayoría negros cartageneros hasta llegar a la cabina de Noraldo Iriarte, más conocido en los alrededores de la ciudad como Chawala. El Capo No.1. El equipo de Chawala parece como un proyecto de ciencia de escuela secundaria…dos tocadiscos “technics” puestos en una caja de madera (consola) con luces rojas, espejo de manos, cinta reflectiva y una imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro; un amplificador de tubos irradiando calor, conectado a una gran cantidad de cables, que más bien parece una comida de espagueti italiano; y un par de cajas de seis pies de altura, pintadas al estilo grafiti con el retrato de El Rey.
Versión del picó El Rey, pintado por Alberto Cuesta Rodríguez (Alcur) a finales de la década de los 80s.
¡Pickup…picó…cógelo!
Estos sistemas de sonidos cartageneros están organizados con grupos de muchachos que viven en la misma cuadra del barrio donde el picó tiene su residencia. La mitad de ellos son técnicos, que permanecen allí firmes para cualquier eventualidad con la herramientas a la mano.
El líder de ese grupo es por supuesto el Disc Jockey o picotero. En las manos de un gran picotero el brazo, se convierte en una brocha, un tambor o un cuchillo. Solo basta mirar lo que Chawala hace, cuando mezcla los diferentes tonos o sonidos; él, perfectamente coloca la aguja “pickeríng” del tocadisco en forma exacta en el surco que le interesa que suene.
El picó cartagenero parece más antiguo que los que hay en sur del Bronx (USA). Y a su vez más viejo es más viejo que la música Hip-Hop, además existen algunos que datan de los años 50.
Hay un elemento misterioso y fascinante en esta cultura caribeña, quizás es el mismo proceso que tienen las bandas de metal de Trinidad o el arte de Haití.
¿Qué tienen los picós de Cartagena para cautivar con sus máquinas y sonido a la cultura joven? La explicación es una sola…la música.
Una muestra de la cuadrilla y fanáticos seguidores del picó El Rey, para el año de 1991
Los picoteros no colocan mucha salsa, vallenato o cumbia, que es el sonido predominante en otras regiones de Colombia. Los ritmos que tocan los picós, vienen directamente de África: Soukous, Makosa y Soweto (Así es como llaman los cartageneros a la música surafricana, la cual constituye el 80% de las mezclas musicales del picó).
La música africana es igualmente llamada champeta en alusión a los primeros seguidores que acostumbraban a llevar navajas para defenderse en los bailes.
“La historia de cómo consiguen la música africana después de cruzar 3000 millas de mar y tierra, es también una gran leyenda”
Según Jimmy Melodía comerciante o vendedor de discos local, él compró música africana en la década del 70, pero según Humberto Castillo un distribuidor rival, unos marineros fueron los primeros en llevar los discos africanos a los picós de Cartagena. Castillo con sede en Barranquilla, fue uno de los primeros en conseguir licencias de representación y mercadeo para la música africana, en discos de vinilo para el público colombiano. “Por años el comercio interno de los discos se ha dado entre disc jockey y los piratas de las grabaciones. Castillo mostró su pasaporte colombiano lleno de visas de países como Camerún, Nigeria, El Zaire, Francia, con el afán de demostrar sus transacciones de tipo legal en esta música.
 
Humberto Castillo, un trotamundos, en sus largas travesías por Europa, África y el Caribe, en busca de música africana y afrocaribeña, para poder surtir el sistema de sonidos picotero al norte de Colombia.   
Pero la verdadera historia de las conexiones musicales africanas, tal vez nunca se sepa, ya que entre los picoteros y los distribuidores de discos hay un celo extremo respecto de dichas fuentes. Tanto es el celo o desconfianza para no dar a conocer el sello ni las carátulas originales de los discos, que rayan o raspan los nombres de los temas o canciones, autores, créditos y direcciones, garantizando así el poder llamar o bautizar los discos como “exclusivos”. Lo que realmente hay que definir, es que tan pronto la música africana llegó a Cartagena, se regó como una tormenta por los picós al igual que una refinería de fuego, donde los picoteros o toreros con su cuadrilla, hacen la mejor faena musical en beneficio de un público con influencias africanas.
El Picó Cartagenero es un producto de las mezclas culturales afro caribeñas, que lo convierten en una especie de ente religioso para todos sus dueños y seguidores.
El Rey a través del lente del fotógrafo y artista Fernando Mercado, a mediados de la década de los 90s 

Ahora, la electricidad es visual
¡Qué imagen!
Esclavos negros colombianos, derrumban las murallas coloniales de la vieja Cartagena, bailando a través de los vencidos conquistadores, celebrando la victoria del poder mágico del picó.



Notas bibliográficas:
Por MCLANE, Daisan. The New York Times, Domingo 23 de mayo de 1993
Traducción y adaptación: Manuel Reyes Bolaños (MANREBO)

Texto extraído de la producción musical: Todos Cogen Golpe con Chawala; Rey Records

Fotografía: Fernando Mercado.

Archivos fotográficos de Africolombia y Fukafra.

Edición y recreación gráfica: Dairo Barriosnuevo.  

    

viernes, 8 de marzo de 2013

LA OBRA PLÁSTICA DE DAIRO BARRIOSNUEVO (5)


Picó El Timbalero, dibujo a lápiz de color sobre cartulina 100 X70 cm.


El mundo mágico del picó y la champeta de Barriosnuevo


Por: Jaime Colpas Gutiérrez*

El artista sucreño barranquillero Dairo Barriosnuevo  (Exposición: Centro Cultural Colombo Americano, 13 de ene - 2005) su última producción estética sobre el fenómeno cultural que más lo apasiona y divierte: El Picó, la Verbena popular. En la que se presenta una selecta y variada producción plástica elaborada en el primer quinquenio del presente siglo.

Picó El Solista, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm.


Barriosnuevo es un pintor de vocación y formación académica. De raíces anfibias, nació en Guaranda-Sucre el 5 de octubre de 1968. Se radicó en el populoso barrio Rebolo de Barranquilla a finales de los años setenta, cuyo ambiente festivo, carnavalero y verbenero coadyuvó a la formación de su vocación estética que se incubó en su infancia cuando se aficionó por los dibujos y paquitos de héroes populares mexicanos con pasión catequística, y empezó a crear sus propias historietas que despertaron la admiración de sus amigos. Una impronta que marcó ese derrotero de esa desbordante vocación fue la admiración por los lienzos multicolores de Belimastth, el rey de la pintura picotera y las maravillosas decoraciones de la zona de tolerancia de Bocas de Ceniza.


Picó El Coreano, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm..


Sus primeros trazos fueron concebidos en el sardinel del teatro Mogador de Rebolo, por lo que por sugerencia de personas que le valoraban su vocación, ingresó a Bellas Artes en 1992 de donde egresó en 1998. En ese templo de la cultura atlanticense, encontró el apoyo académico de grandes maestros como Higinio Caro, Humberto Aleán, Efraín Arrieta y entre otros el profesor Álvaro Cogollo, de quien conoció la teoría antropológica, indispensable basamento conceptual para definir el tema de su obra comprometida con la región de la cultura popular, en constante diálogo con su valor estético, antropológico, simbólico e histórico.


Picó El Rumbavana, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm..


Armando Benedetti Jimeno señala que Dairo “se ha propuesto esclarecerlas las rutas secretas, trincheras, trampas, respiraderos y subterráneos de esa cultura urbana de la champeta (El Tiempo, 30 oct - 2000)”. Barriosnuevo nos afirmó que su propósito es “mostrar un discurso comunicativo audiovisual en un ambiente agreste y machista, donde las mujeres tienen poco protagonismo (Soledad 2000, 1- 6 -2005)”.

Es evidente que su obra colgada reconstruye los distintos vericuetos, etapas y procesos de la cultura champetera, alrededor de la máxima deidad popular: El Picó, rindiéndole de ese modo un homenaje estético a El Sibanicú, El Isleño, El Pijuán, El Solista, El Timbalero, El Swing Safari, El Rojo, El Freddy, El Concord, El Conde, El Skorpion, etc.

Picó El Junior, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm.

Con un trazado enérgico y temperamental, pero muy subliminal, Barriosnuevo alcanza la diversidad en el volumen compacto de sus figuras humanas, con formas geométricas cubistas e impresionistas que danzan al son de los ritmos musicales africanos y afro colombianos, vomitados por la porosidad estridente y polícroma de sus cuadros, gestados por la maestría de su técnica del lápiz. Así pues, en su exposición navega toda la complejidad del fenómeno cultural alrededor del picó, la champeta y la verbena en distintos escenarios barriales y urbanos que incluyen patios, casetas, vías públicas, aderezados por el totémico picó y atiborrados de multitudes de bailadores, apiñados, ruidosos y activos, captados por el trazo y la expresión de un pintor que transita en busca de la madurez estética, plasmados en el éxtasis del goce subliminal de la quintaesencia humana con sus ademanes y gestos cinestéticos.

Picó El Africano, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm.


Es obvio que el protagonista central de esta exposición de rostro Caribe son los distintos picós de Barranquilla y Cartagena, que como los gallos de pelea de Cliford Geertz son considerados penes separables, símbolos de masculinidad de protagonistas champeteros que reproducen la dureza, el valor y la heroicidad de Rambo (Interpretación de las Culturas, Gedisa, 1987).

Picó El Gran Pijuán, dibujo a lápiz de color sobre cartulina, 100 x 70 cm.


Naturalmente, su obra capta y devela la realidad de ese subterfugioso mundo dominado por el bandolerismo, conflictividad, machismo y sexismo femenino que jerarquiza las masas y excita los roles y estimula la competencia, comunicada por una mano diestra que vivió, según Sadid Ortega, desde adentro de este fenómeno cultural. (El Heraldo Dominical, 28 de jul - 2002).

Dairo Barriosnuevo Artista Plástico.


Nota Bibliográfica:

Columna; Pinceladas. Barranquilla sábado 5

y domingo 6 de febrero de 2005, pág. 4A,

Diario La Libertad.

Fotografía: Salwa Amastha, Archivos de

Fukafra.

*Docente de Historia de la Universidad del

Atlántico.

jueves, 28 de febrero de 2013

EL ARTE PSICODÉLICO DE BELIMASTTH


 Por Dairo Barriosnuevo*


Belisario De La Mata (Belimastth) en su taller del barrio San Roque en Barranquilla.
Belisario De La Mata, nace el primero enero de 1945 en el municipio de Santa Ana, Magdalena. Belimastth, como él mismo se hiciera llamar a través de su reconocida firma de pintor, era un personaje vistoso y hasta muy colorido, con los atuendos del hombre urbano y caribeño de los ambientes populares, especialmente en los círcuitos y contextos influenciados y dominados por la música salsa, pues, él, fue producto de esa generación melómana, de los años sesenta en la ciudad de Barranquilla. Cuentan los que lo conocieron que era un bacán y que de vez en cuando le gustaba exhibirse zapateando como bailarín.

De Belimastth el artista pintor, hay que decir que su mejor obra fue él mismo. El Beli era un artista verdaderamente tangible y no me refiero a que haya sido un sujeto de prensa o televisión, sino que siempre estuvo presente en el espacio público a través de sus intervenciones artísticas y/o publicitarias. Combinó el arte y la publicidad e hizo de la publicidad todo un arte.

Durante casi toda su vida en Barranquilla, Belimastth pretendió ser académico, quiso acceder a los restringidos círculos del arte en su momento, participó en una que otra exposición colectiva regional donde se destacó por ser muy controversial y polémico. Siempre tuvo en la mira como todo artista que sueña, con la consagración y ante todo ser exitoso, que para él significaba su realización económica, siempre deseó con mucha avaricia, amasar fortuna a través de su trabajo plástico, sin embargo, su afán y lucha, lo llevo a explorar y experimentar técnicamente, lo que pudo y lo que apenas hoy, le llegamos a reconocer. A Beli, le tocó acomodarse y vivir de un recurso sostenible hasta el final de su vida, con su arte y publicidad, el cual no es para nada comparable con su enorme popularidad, eso sí, adquirida y sin prejuicios y con mucho tesón, además, sin el acompañamiento de los diferentes medios de comunicación que en ese momento había en esta ciudad.

Este entre muchos otros, fue uno de los memorables trabajos de Belimastth en el mundo picotero de los años 70s.

Este artista de gran acogida y reconocimiento por los sectores populares de Barranquilla, me refiero al pueblo, al ciudadano común y corriente, a la gente de a pie, que de ser profesional lo era en otras áreas del saber y que mayoritariamente, es de muy baja escolaridad, los que ahora en estos tiempos llaman analfabeta del arte y la cultura, y que supuestamente, no sabe, ni tiene idea de lo que son las artes plásticas. Pues bien, Belimastth, a través del tiempo, cometió la hazaña de crear un público para el consumo de su obra, los que en estos tiempos de las redes sociales los artistas llaman fans o seguidores, precisamente, en el caso de Belimastth, eran estos los que hacían presencia cada vez que este actor ejecutaba uno de sus trabajos en pleno espacio urbano y abierto al público.

El desprevenido transeúnte, que de casualidad pasaba por el lugar del acontecimiento, se sumaba a la ya cantidad de mirones, que desde temprano se acomodaban para verlo pintar. No estoy exagerando, por algunos momentos esta multitud hasta ocasionaba el trancón del tráfico automotor. El show man de este acto creativo que nadie se quería perder, era como el de una sección de un action painting, igual o superior a la de cualquier muestra programada en una gran sala de exposición de arte internacional.

Su ritual creativo comenzaba desde la bohemia, pues tenía un fuero especial que le permitía hacer uso de una dosis personal para evocar el mito de la inspiración, en tiempos en que éste acto era una conducta socialmente cuestionable. Luego lanzaba brochazos en todas direcciones, tiraba y salpicaba la pintura usando la técnica del dripping, aprovechaba la textura irregular de cualquier muro para de allí extraer formas. Era muy rápido y en poco tiempo se devoraba muchos metros cuadrados de pared con increíble habilidad y maestría, logrando unos acabados preciosos.

Ya lo decíamos anteriormente, El Beli fue un tipo de bien, chévere, un bacán, sin embargo, fácilmente dejaba entrever su mal genio cuando los mirones, en especial los mamagallístas y jóvenes necios que revoloteaban como moscas, interrumpían y lo sacaban de su labor creadora.
                                                                                             
Después del proceso de manchado y cuando a punta de aerógrafo y pincel, comenzaban a aparecer las imágenes como por magia, los curiosos agolpados a sus espaldas, exclamaban con asombro frases como: “¡¡¡ Nojodaaa, ese man si pinta!!! ¡¡¡ Ese man es la biblia...!!!” entre otras.
   
Foto: Donaldo Donado Viloria
  
A mediados de la década de los setentas se anuncio un concurso que consistía en hacer un homenaje a la ciudad de Barranquilla a través de un gran mural en el espacio público. Belimastth en tan sólo tres días, creó uno de estos en la calle Murillo con la carrera 41, el que llamó “Barranquilla al desnudo,” mural que genero cualquier tipo de comentarios de admiración por su gran magnitud y belleza. Luego de cierto tiempo, el propietario de la edificación donde estaba plasmado el mural lo la mandó a demoler, porque se le ocurrió poner un ventanal para exhibir a la venta unas motocicletas. Según cuenta la prensa, todo el mundo en la ciudad le molestó la demolición de una imagen que servía como un referente en la avenida y ciudad, la gente se enardeció y apedreó el nuevo local comercial. Este acontecimiento resultó ser el tema de la prensa escrita durante todos esos días en la ciudad de Barranquilla.

Para el mes de agosto de 1984, también en la calle de Murillo con la carrera 27, Belimastth nuevamente realizó un inmenso mural en el que dejo ver su gran destreza plástica. Esta vez el tema como pretexto fue aquella memorable paloma de la paz, el símbolo de una campaña presidencial de Belisario Betancourt quien era El Presidente de Colombia para la época.

Belimastth realizó varios murales de gran impacto para la ciudad de Barranquilla, como el del Centro comercial Ley calle 72 con carrera 46 esquina. El mural del Centro Social Don Bosco de la calle 17 con carrera 30. Una vez hizo una Virgen Del Carmen en una rustica paredilla del barrio Rebólo: calle 27 con carrera 27, esta imagen fue tan bien concebida desde el punto de vista estético, que la gente pasaba, se persignaba, oraba y le dejaba flores. El sitio siempre permanecía lleno ramos y velas encendidas. Lamentablemente, todos estos trabajos de espacio público desaparecieron, y se debe en gran parte al desconocimiento y a la falta de aprecio de la ciudad hacia este tipo de iconografía, las acciones mercantiles y vándalas que todo lo demuele y daña, pero también el uso de técnicas acrílicas efímeras y poco apropiadas de parte del artista, en un medio ambiente con abundante salitre, humedad y los inclementes y soleados días que tenemos y que todo lo corroe.
                                                                             
Belimastth como todo buen artista que ama y valora lo que hace, manejó muy bien su autoestima, siempre fue celoso y hasta ególatra. Consideraba que el arte era costoso y que la gente tenía que pagarlo bien, eso sí, teniendo en cuenta la condición económica a la que dirigía su arte, nunca se regalaba y sus tarifas estaban por encima de los de otros publicistas y pintores.


El cantante de salsa Cheo Feliciano en la sede del picó El Solista pintado por Belimastth en el año de 1985. Foto de El Heraldo.
Detalle de la consola del picó El Solista en el año de 1985. Foto: Todomono Diseño.
Entre sus colegas y compañeros tenía una imagen de presumido y soberbio, de una persona mala clase, todo gracias a la manera de referirse a los trabajos ajenos, se divertía siendo cruel y desalmado. Belimastth empleaba un lenguaje antipático, grosero, y hasta repelente, el cual era reflejado a través de expresiones escritas debajo de su firma, como si se tratara de jingles; expresiones grabadas sobre discos muy utilizadas en la guerra entre picós (sound system). Frases escritas como: “¡nadie más!, ¡cópiate copión! ¡Soy el mejor!” Estas expresiones ya venían siendo utilizadas por el gremio de pintores que decoraban los buses urbanos de Barranquilla. De modo que, se masificaron en los letreros políticos, tiendas de barrios y hasta kioscos y carretillas de toda índole, desatando una entretenida y divertida contienda de frases y expresiones entre los diversos pintores de publicidad.

Esa actitud de Belimasth me recuerda la lengua sin pelos del artista español Salvador Dalí, quien hacía lo mismo con sus colegas contemporáneos, por ejemplo: dijo que” Henry Moore, ¡es un inglés!, ¡Con Bracque: nos saludamos, pero no nos hablamos!, Matisse: triunfo del gusto burgués y de la promiscuidad. Bretón: ¡tanta y tanta intransigencia por tan insignificante decadencia!, ¿Kandinsky? Está claro: jamás podrá haber un pintor ruso. Pollock: no es tan malo como Turner, porque es aún peor”.*1

Para el año de 1968, después de que el pintor Gerson Costa iniciara y le diera vida al arte picotero, Belimastth se convertiría uno de los más brillantes pintores del arte del arte picotero, al decorar para unos carnavales de Barranquilla el frente de los parlantes del picó El Perro de Cartagena, una máquina de sonido célebre para entonces. Según él, pintar la tela de un picó reconocido como en este caso, le significaba más prestigio como pintor, y se le traducía en más demanda de trabajo en este nuevo mercado, y que en su momento se le abría.

Picó El Guajiro, de la ciudad de Cartagena pintado por Belimastth, legendaria máquina de sonido de los años 80s,
foto: Deborah Paccini.
El Picó no solo se convirtió en vitrina para el arte de Belimastth, también para otros pintores como Gerson, Alsanders, Alcúr, William Gutiérrez entre muchos otros. Belimastth siempre incorporó a este arte un colorido muy llamativo que fue considerado por algunos académicos como de chillón y vulgar. No obstante, este artista siempre creyó ser el mejor entre los pintores, algo así como un Miguel Ángel del arte clásico europeo, pues, era el que mejor lo hacía y el que más gustaba. Tampoco le importaba mucho la calidad y la técnica que tuviera el trabajo de los demás, aunque el pintor viniera de procedencia académica, siempre y cuando no le significara un riesgo para el recurso sostenible que ya había adquirido en este medio popular.

Picó El Sandy Estéreo Zekuán de Soledad, maquina de sonido de principios del siglo XXI, pintada por Belimastth. 
     

Picó El Junior Láser Visión de Soledad, maquina de sonido de principios del siglo XXI, pintada por Belimastth.
             
Tal vez Beli tenía razón. Sin graduarse de alguna escuela de arte, siendo un artista natural, creó un movimiento pictórico urbano extraordinario y muy original. Fundó una gran escuela y dejó un legado cuyos alcances nunca dimensionó, a pesar de que este modo expresivo siempre fue subestimado y calificado como de arte callejero.

Belimastth fue el artista electo que pintó con su arte psicodélico, aquellas hermosas odaliscas rubias eróticas y estilizadas, en las zonas de tolerancia del popular barrio Chino, Bocas de Ceniza en Rebólo, El Boliche; las cantinas, bares y estaderos del centro de la ciudad, sitios preferiblemente ambientados por la música salsa, la cual tenía su espacio asegurado en Barranquilla. Se puede decir entonces, que el Beli transformó y embelleció en sus interiores y fachadas, las esquinas y espacios públicos de Barranquilla, como ningún otro artista pintor lo hubiera hecho durante cuatro décadas.

A fines de los 70, en declaraciones al diario El Nacional, Belimastth afirmó:”la satisfacción más grande que tengo es el hecho de haber podido llegar, a través de mis cuadros, plenamente a mi pueblo, como también al resto del conglomerado social. Pero para mí lo más importante es que mi pueblo me entiende, y eso para mí es un gran premio.”*2


Skorpion Disco Show, el ultimo de los trabajos que Belimastth hizo para un picó.
Belisario De La Mata, “El Popular Belimastth” falleció el pasado cinco de junio de 2006 en Barranquilla. En vida, evadía todo tipo de entrevista con periodistas y medios de comunicación, porque consideraba que estos no entendían su arte y siempre escribían cosas que nunca había dicho. Siempre le molestó que lo encasillaran en alguna tendencia artística o lo compararan con otro artista, así este hubiera sido uno de los grande maestros de la historia del arte universal.

En la primera edición de esta crónica, la cual fue realizada por este servidor y publicada a través de la Revista Dominical de El Heraldo, el 15 de octubre de 2006, cuatro meses después de su fallecimiento, gracias a estas líneas, que como un homenaje póstumo, lo reivindicamos, nadie hasta ese momento se hubiera dado por enterado, ni tampoco habría sido la importante noticia que para esos días fue, particularmente, para el mundo del arte y la cultura de nuestra región del Caribe colombiano.


Notas bibliográficas:

*1 articulo: Genio y Provocador. Revista Semana 12 de enero de 2004 edición No.1.132                                                         
*2 Diario El Nacional, Barranquilla 27 de diciembre de1978.

Fotografía: Donaldo Donado Viloria.

Portada del disco Salsa Picotera N.2

Fotografía: 1 de mayo de 1985, Revista Viernes Sábado y Domingo, de El Heraldo.

Fotografía: Todomono Diseño.

Fotografía: Deborah Paccini Hernández.

Fotografía: Archivo de Africolombia y Fukafra.


*Artista Plástico e Investigador Cultural